miércoles, 16 de octubre de 2013

SUCEDIÓ EN EL FERROCARRIL Y EL METRO

Un día muy temprano hora 5.30 a.m. lo que llaman hora pico en  transporte de los Valles del Tuy en el ferrocarril estación Norte, las personas que entramos en este solo pensábamos en ir sentados sin importarnos los unos a los otros, la ley del que llegue primero lo demás no me importa, esto es un comportamiento o sea una cultura que llevábamos cuando tomábamos una buseta en nuestros terminales.
Llega el tren, y me corresponde entrar entre las primeras personas, me acomodo de tal manera que los demás puedan hacer uso de las conformidad de estas unidades de transporte con un confor de  primera, con aire acondicionado bien frío como nalgas de focas, y empiezo a notar que los pasajeros con la cultura  de las busetas de entrar y quedarse varados en  la entrada  y comienzan a amontonarse el gentío, un hombre de estatura alta rubio de ojos azules se queda en medio de la puerta y esperando que la gente se acomode y viendo este que nadie se mueve, se le sale de su gruesa voz “Españoleta: señora: por favor acójase hacia el centro  para que vosotros  podéis  pasar hombre.,
La gente al oír estas palabras tan educadas entre ellos, yo dirijo la vista donde estaba saliendo esa voz, Luego: vuelve este y dice con voz un poco mas fuerte señora del suéter acójase el centro y así vosotros podéis pasar. De repente comprendo que este Sr. es Español pero de Castilla de donde viene el CASTELLANO, y como el humor del Venezolano   nunca falta un JODEDOR, Le dice “Bueno Manolo ahora nos vas a mandar a cojernos a nosotros”, RISAS Y MAS RISAS. De repente, viene una joven  que trabaja en el ferrocarril de uniforme y el buen hombre le dice: mire oficial decidle a la gente que se acója hacia el centro para que vosotros podéis pasar, no pudo aguantar las ganas de reírse se tapó la boca y siguió caminando, RISAS Y RISAS, te juro que yo que estaba muy cerca de este hombre, no pude ni siquiera hablar por el contagio de la risa, yo asociaba esa voz con la del gato bigotudo Andaluz de la tira cómica de los ratones uno Mejicano y el otro Cubano. Que vaina tan parecidas. Luego al ver que este Sr. que se lo estaban vacilando, se le fueron los tapones entró en ira dijo “JODER VOZOTROS SOY UNAS BESTIAS ME CAGO EN LA OSTIA” echo un empujón y la gente dijo en voz unísona “COOOOOOOÑOOOOOO” Y de repente sale de nuevo la voz del  JODEDOR: “viste Manolo ahora si nos estamos entendiendo” RISAS, RISAS.
Una joven que esta tan cerca de personaje le DICE: Bueno Manolo agarrase bien, debe ser  para oírlo hablar ya que de momento  habían cesado las risas, Y el hombre sale con esta: “MIRAD SEÑORITA DONDE TENGO MIS MANOS EN EL TECHO DEL VAGON SI UD. SIENTE OTRA COSA USE SU IMAGINACIÓN” El vagón estallo en  RISAS Y MAS RISAS, La gente se olvidó del frió del aire al entrar en calor con las risas. Y entonces llegando a La Rinconada que es la última estación del ferrocarril en Caracas, vuelve la voz del JODEDOR :” BUENO MANOLO QUITATE PORQUE TE VAN PASAR POR ENCIMA.” Todo el mundo incluyéndome a mi, salimos pero en estampida pero CARGADOS  DE LAS RISAS.
Les juro que yo no había pasado un momento así en mucho tiempo y como yo, creo que muchos. Seguimos en la comunicación del ferrocarril con el METRO, estaba abarrotado pero como yo pertenezco a la tercera edad, me voy arrimando donde me corresponde, o sea en los puestos azules que de paso veo gente joven sentados sin importarles que esos asientos corresponden a embrazadas o personas de la tercera edad, pero poco a poco la gente se va  acostumbrando que son sus derechos, al cerrar las puertas del vagón suena la chicharra de cierre de puertas, y de repente se vuelve a abrir, suena otra vez la chicharra , y la puerta no cierra o sea que el tren no avanza, por seguridad, y los usuarios empezamos a poner mala cara, en eso, veo a una señora muy madura con una cara de suegra acida y un bastón en la mano y se queja: “A PUES AHORA SI NOS JODIMOS”, dice la señora en voz alta inmediatamente las miradas comienzan a dirigirse hacia donde salía la voz , con todo eso las puertas del vagón seguían queriéndose cerrar y de repente la SRA. Con voz muy firme exclama: “VEAN A VER SI METEN ESE CULO PORQUE YA ESTOY RETRASADA”. De repente las puertas se serraron el tren arrancó y RISAS Y MAS RISAS. Y siempre la voz del JODEDOR  que nunca falta: “ASI ES SRA” “PONGALE CARÁCTER A LA VAINA “RISAS, RISAS.
Luego el trasbordo en la Estación del Valle ya casi me dolía el estomago de tanto reírme menos a esas horas de la mañana, y subiendo por las escaleras mecánicas para tomar el vagón que nos conduce hacia Plaza Venezuela, voy Detrás de una Sra. Y exclama a su acompañante otra Sra. Muy jovial.: MALTHA, Apúrate porque estos hombres le ponen la paloma atrás, y MALTHA contesta:” ay que envidia” los que estábamos cerca  y escuchamos el comentario nos comenzamos a REIR y de repente sale voz del JODEDOR un SEÑOR MAYOR: Y AL LLEGAR al pasillo le dice: MALTHA “tu eres tremenda”, y la Sra. Se sorprende y le dice y Ud. ¿oyó?  Y el Sr. Muy orondo le dice: “oi todo”. Yo que estaba muy cerca de los acontecimientos, me seguía sonriendo y como yo otras personas que veníamos del ferrocarril.
Luego llegamos a Plaza Venezuela yo me dirigía hacia Chacao , hago mi cola según el flechado que aparece en el piso, cual no seria mi sorpresa que los vivos de la cultura de las busetas me empujan y yo con mi estomago que no aguantaba mas, se me sale UN PEO. Pero eso si de esos que no suenan pero como huelen. Y veo que todo el mundo arruga la cara, y me acuerdo de todas las vainas que pasaron en el ferrocarril, me aferro a las correa del tubo del vagón, y veo a un Sr. gordito al lado mío que  temblaba pero como yo aferrado a las correas del tubo, y sale la voz del JODEDOR QUE NUNCA FALTA: “ coño el que se tiró ese peo debe de estar gozando una bola” el Sr. Gordito me miró con los ojos llorosos muerto de la risa. Y yo le hago señas si fue el y me dice que si. COÑO les juro que de vaina no me cague. Y dice el JODEDOR :” EL QUE  SE TIRÓ ESE PEO QUE MIRE PARA ABAJO PORQUE SE CALLÓ EL CULO.” Señores me quedé en La estación  siguiente para poder descansar de tanto  reírme. Esto solamente lo vivimos día a día los viajeros que como yo vemos a nuestros semejantes  para corregirnos en nuestras vidas.  
 

                                                                 
 Ruizsimon1@gimail.com                                                                     


 Por Simón Ruiz

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